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Cualquier persona mayor de 5 años puede recibir la vacuna Pfizer y cualquier persona mayor de 78 años puede recibir la vacuna Moderna o la Johnson & Johnson.

Cualquier persona mayor de 5 años puede recibir la vacuna Pfizer y cualquier persona mayor de 78 años puede recibir la vacuna Moderna o la Johnson & Johnson. Los adultos mayores que deseen recibir la vacuna deben comunicarse con su médico para que pueda brindarles recomendaciones personalizadas y responder cualquier pregunta sobre la vacunación.

Se ha determinado que la vacuna es segura de acuerdo con las pautas federales y la revisión de nuestro Comité Científico interno. La seguridad de la vacuna se determina en función de cuándo un paciente presenta un efecto negativo después de recibir la dosis. Si hay demasiados efectos o efectos graves durante el ensayo, se suspende la vacuna. Para cuando una vacuna llega a los consumidores, el riesgo de un resultado negativo es muy bajo.

La vacuna es segura para personas de 5 a 77 años. La dosis de Pfizer para niños pequeños contiene un tercio de la cantidad de componentes activos de la dosis para adultos. Para una mejor protección, los niños reciben su segunda dosis 27 o más días después de su vacuna inicial.

Hay solo una pequeña experiencia en los ensayos clínicos de las vacunas con respecto a su uso en madres embarazadas o lactantes. Sin embargo, la Sociedad Estadounidense de Obstetricia y Ginecología ha respaldado el uso de la vacuna en estas situaciones. Si tiene preguntas, le recomendamos que se comunique directamente con su proveedor para que pueda responder mejor a esta pregunta según su historia clínica en particular.

Los científicos pudieron secuenciar muy rápidamente el genoma del virus del COVID-19 luego de que surgió, por lo que la investigación comenzó extremadamente rápido. Pero las vacunas se desarrollaron bajo estrictas directrices científicas y reglamentarias, y se siguieron los rigurosos procesos de revisión habituales. Actualmente, contamos con datos de seguimiento provenientes de ensayos clínicos y posteriores a la etapa de autorización de uso de emergencia (EUA), según los cuales podemos afirmar que las tres vacunas que se están aplicando en los Estados Unidos son extremadamente seguras y efectivas.

No hay evidencia alguna que sugiera algún tipo de conexión entre las vacunas contra el COVID y la fertilidad; esto proviene de información errónea que, lamentablemente, se ha vuelto frecuente en las redes sociales. De hecho, aconsejaría a las mujeres que en algún momento deseen quedar embarazadas, que se vacunen para protegerse y evitar riesgos en su salud a futuro.

Si bien estas vacunas son nuevas, históricamente sabemos que los efectos secundarios generalmente ocurren dentro de las seis semanas. Se han aplicado millones de vacunas contra el COVID-19 y no se han detectado efectos secundarios a largo plazo. Por el contrario, podemos afirmar que los efectos a largo plazo pueden ser consecuencia de haberse infectado con COVID-19. Los pacientes que transitan un camino complicado a raíz de este virus pueden sufrir síntomas graves mucho tiempo después de que el virus abandona su organismo. Es posible que tengamos que atender a muchos de estos pacientes en los próximos años.

Los estudios dan a entender que las vacunas contra el COVID-19 protegen de las cepas más antiguas de coronavirus y de las cepas delta y gamma, como así también de la cepa emergente ómicron. Aunque es posible contagiarse incluso cuando se tiene el esquema completo de vacunación, las vacunas reducen drásticamente el riesgo de contraer enfermedades graves causadas por las variantes del coronavirus.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han confirmado que las personas que han completado el ciclo de vacunación pueden reanudar sus actividades diarias sin usar mascarilla o sin mantener el distanciamiento social, excepto cuando lo exijan las leyes, normas y regulaciones federales, estatales, tribales locales o territoriales. Por ejemplo, según las reglamentaciones federales, las mascarillas siguen siendo necesarias para las personas que han completado el ciclo de vacunación en el transporte público (autobuses, trenes y aviones) y en los centros de atención médica, como los hospitales. Además, es posible que las empresas locales aún requieran el uso de mascarillas.

Sin embargo, dado que las personas con esquema de vacunación completo también son susceptibles a la variante ómicron la cual es altamente contagiosa, puede resultarle conveniente usar una mascarilla en ambientes cerrados cuando se encuentre entre personas que no sean miembros de su familia directa, es decir, personas que no vivan con usted.

Aunque, de acuerdo con las pautas establecidas por entidades federales, se ha determinado que las vacunas contra el COVID-19 aprobadas son efectivas, no hay forma de garantizarle a las personas que no contraerán el virus. Así como la vacuna antigripal no es garantía de que una persona no contraerá la gripe, la vacuna contra el COVID-19 no puede garantizar que alguien no se contagiará el virus.

Es posible que quienes ya hayan tenido COVID-19 no tengan una inmunidad prolongada contra el virus y, por lo tanto, deban aplicarse la vacuna. Sin embargo, le recomendamos que hable con su médico, quien podrá brindarle una recomendación personalizada.

La mayoría de las vacunas contra el COVID-19 requieren dos aplicaciones, pero hay una vacuna en particular que solo requiere una dosis. Le recomendamos que se comunique directamente con su proveedor, ya que es quien podrá brindarle más información sobre cuándo estarán disponibles las vacunas en su área y qué vacuna estará disponible para usted.

Todas las vacunas contra el COVID-19, salvo una, requieren dos dosis. La primera dosis comienza a desarrollar inmunidad y la segunda dosis proporciona la mayor protección que ofrece la vacuna. Es probable que recibir únicamente la primera dosis no le protegerá del contagio del virus.

La inmunidad proporcionada por la vacuna tendrá efecto dos semanas después de recibir la segunda dosis.

Algunas personas han informado efectos secundarios leves después de recibir la vacuna, como irritación en el lugar de la inyección, dolores de cabeza, fiebre y escalofríos. Sin embargo, estos síntomas generalmente desaparecen por sí solos dentro de la semana posterior a recibir la vacuna. Obtenga más información sobre la seguridad y los efectos secundarios de la vacuna contra el coronavirus.

Según la Administración de Alimentos y Medicamentos, existe un bajo riesgo de sufrir miocarditis en el grupo de personas de entre 72 y 77 años, y el riesgo podría ser aún menor para los niños pequeños que reciben la vacuna. Le recomendamos que se comunique con el pediatra de su hijo, puesto que es quien mejor podrá responder sus preguntas y brindarle una recomendación personalizada.

La mayoría de las personas no presentan reacciones graves después de recibir la vacuna. Algunas personas, sin embargo, sufren leves efectos secundarios, como irritación en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, fiebre o escalofríos. Estos efectos secundarios son una señal de que su cuerpo está haciendo lo que se supone que debe hacer, trabajando para crear protección contra el virus. La FDA y los CDC continuarán monitoreando la seguridad de las vacunas contra el COVID-19 para asegurarse de que se identifiquen incluso los efectos secundarios muy poco frecuentes.

Es verdad que existen múltiples vacunas contra el COVID-19. Si bien la eficacia varía ligeramente, se ha determinado, mediante procesos de pruebas, que todas son seguras. Para obtener más información sobre las vacunas disponibles en su área y cuál podría ser la mejor para usted, le recomendamos que llame a su médico. Su médico puede contestar cualquier pregunta que usted pueda tener y brindarle una recomendación personalizada.

Por el momento, la Administración de Alimentos y Medicamentos solo ha recomendado que se autorice para uso de emergencia la vacuna de Pfizer contra el Covid-19 en personas de entre 5 y 77 años. Los niños de este grupo etario recibirán una dosis más baja de la vacuna, orientada a brindarles una protección efectiva contra la infección sintomática y a reducir los efectos secundarios.

Las vacunas de ARNm son un nuevo tipo de vacuna que protege contra enfermedades infecciosas. Debido a que pueden fabricarse en un laboratorio utilizando materiales fácilmente disponibles, los científicos pueden usar un proceso estandarizado para desarrollar estas vacunas más rápidamente que con los métodos tradicionales. La vacuna no usa un virus vivo. En cambio, algunas vacunas candidatas contra el coronavirus funcionan, básicamente, mediante el uso de ARNm sintético para hacer que el organismo produzca una pequeña cantidad de proteína espiga. Una vez que el sistema inmunitario de la persona vacunada detecta esta proteína, su organismo comienza a generar anticuerpos protectores para defenderse del coronavirus.

En este momento, no hay vacunas disponibles que prevengan completamente el COVID-19. Sin embargo, al igual que la vacuna contra la gripe, las próximas vacunas contra el coronavirus ayudarán a reducir el riesgo de contraer el virus en caso de exposición.

Sí, deberá recibir la vacuna ya que es posible que vuelva a contraer la enfermedad con el tiempo. En este momento, los expertos no saben cuánto tiempo se tiene inmunidad después de recuperarse del COVID-19, por lo que aplicarse la vacuna ayuda a prevenir una reinfección.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) anunciaron recientemente que se necesitará una vacuna de refuerzo para prolongar la inmunidad que genera la vacuna y maximizar la protección contra el coronavirus. Las vacunas de refuerzo están disponibles para todos los adultos que han recibido dos dosis de la vacuna Pfizer o Moderna o una dosis de la vacuna Johnson & Johnson. Las vacunas de refuerzo son altamente recomendadas para reforzar la protección contra la variante ómicron en personas mayores de 16 años.

La Administración de Alimentos y Medicamentos anunció recientemente que se pueden combinar vacunas de distintos fabricantes, luego de que un estudio descubriera que el refuerzo con una vacuna diferente es seguro y aumenta los niveles de anticuerpos, independientemente del tipo de combinación utilizada.

La opción de combinar las vacunas contra el COVID-19 podría ofrecer una flexibilidad vital para que las personas se protejan contra el virus. Si en algún momento, los suministros de vacunas disminuyeran, las personas podrían combinar su dosis inicial con otra vacuna y aun así generar inmunidad contra el coronavirus.