Stephanie y su nueva vida: una historia de éxito de la cirugía para bajar de peso

Mi cirujano fue el Dr. Dennis Smith. Tuve una experiencia muy buena con él y su equipo. De hecho, Mi esposo ahora está pasando por el proceso con ellos.

El 1 de junio de 2021 tuve un bypass gástrico en Y de Roux.

Lo máximo que bajé fueron 100 libras y ahora me mantengo en las 90 libras.

La cirugía bariátrica transformó mi vida por completo. Solía sentirme agotada todo el tiempo. Me dolía la espalda y sufría fascitis plantar. Tenía migrañas crónicas y la autoestima siempre baja. Todo ha mejorado.

El estado físico ahora es una parte importante de mi vida y me siento más fuerte y saludable que nunca. Se me fue el dolor de espalda y la fascitis plantar. Las migrañas se redujeron a una o dos al mes.

Mi familia y la posibilidad de estar cuando me necesiten ha sido y continúa siendo mi “motivo principal” a lo largo de mi proceso hacia una vida más saludable. La pandemia de COVID-19 me abrió los ojos. Al principio, se creía que el virus traía más complicaciones a quienes tenían afecciones preexistentes. Pero luego llegó un momento en el que la única afección preexistente que algunos tenían era la obesidad.

Antes del COVID, pensaba que estaba "suficientemente saludable”, aunque con sobrepeso, pero el virus me hizo sentir vulnerable. Tengo un esposo increíble y dos hermosos hijos que son todo para mí. Me daba miedo pensar en tener complicaciones o algo más grave, o en la idea de que mis hijos pequeños perdieran a su madre. Asumí el compromiso de hacer todo lo que estuviera a mi alcance para estar más saludable para mi familia.

Creo que uno de los mayores desafíos es cambiar la forma de manejarme en las situaciones sociales. En Estados Unidos y en muchas culturas, la comida es el centro de la mayoría de las reuniones sociales. Tuve que cambiar el foco de las salidas o eventos especiales para que la comida dejara de ser la prioridad y pasara a un segundo plano. Fue difícil al principio, cuando estaba en el posoperatorio y tenía que adaptarme a mi nuevo estilo de vida y restricciones físicas. Es un torbellino de emociones, y recomiendo encarecidamente que un terapeuta trabaje en los aspectos mentales relacionados con la cirugía.

Con el tiempo, aprendí a aprovechar las oportunidades y disfrutar de la socialización, aunque tuviera que llevar yogur y un batido de proteínas conmigo. En lugar de salir a cenar y comer postre, hacemos una actividad como Top Golf o pintura. Después de una fiesta de cumpleaños, en lugar de quedarme con el pastel que sobraba, les daba a cada uno de los invitados un poco para que se llevara. Todavía salimos a comer y sigo disfrutando de la cocina, las reuniones y las fiestas, pero la comida ya no es la atracción principal.

Es mucho más fácil ahora que ya pasaron dos años de la operación, pero siguen surgiendo nuevos desafíos como no retomar viejos hábitos o comportamientos.

¡Anímate! No sigas tratando de ver si puedes lograrlo por tu cuenta sin la cirugía ni el apoyo que recibirás. Si tratas de hacerlo sin ayuda, lo único que logras es impedirte tener una nueva vida.

Intenté muchas veces mantener el peso que bajaba y nunca tuve éxito. Siempre volvía a recuperarlo, incluso con algunas libras más. Antes de darme cuenta, subía tanto de peso que no me reconocía cuando veía mi reflejo. Creía que no tenía suficiente fuerza de voluntad o que no tenía la dedicación suficiente, pero eso nunca fue cierto. Desafortunadamente, la sociedad tiende a estigmatizar a las personas con sobrepeso.

La cirugía me dio las herramientas para tener éxito: me ayudó a sentir menos hambre, comer porciones más pequeñas, revisar mi dieta, reconfigurar mi metabolismo y bajar más peso que el que habría podido bajar por mi cuenta. Elegir la cirugía no significa fracasar o darse por vencido. Significa comenzar y tomar la decisión de priorizar tu salud.